viernes, 24 de agosto de 2012

Lectura de poesía zombi por un zombi: Poemas de un zombi / Zombi Poems (2012), de Martín Camps


Ignacio López-Calvo
University of California, Merced 

              Uno de los problemas de ser profesor de literatura, si se me permite sincerarme, es que para nuestra investigación, muchas veces nos toca leer demasiados textos de cuestionable calidad. Y en poesía, donde se publica tanto y con tan poca rigurosidad, lo insípido abunda quizás aún más. A veces, lo confieso, ya ni leo los poemarios que me regalan mis amigos por miedo a toparme con otro libro infumable. Pero hay días en que cae en nuestras manos un poemario que de veras nos divierte, nos emociona, nos provoca y finalmente nos hace pensar y cuestionarnos a nosotros mismos y a nuestra sociedad. Eso es justamente lo que me acaba de ocurrir con uno de edición bilingüe, Poemas de un zombi / Zombi Poems (2012), del poeta mexicano Martín Camps, que acaba de salir con la editorial Samsara. El también autor de los poemarios Desierto sol y La invención del mundo nos sorprende con un lenguaje que se podría considerar heredero de Nicanor Parra (pero a lo mexicano). Con una sutileza impecable, el poeta aborda el tema zombi con definiciones desenfadadas de lo que son estos seres y con explicaciones de cómo se comportan, qué comen, cuáles son sus preocupaciones… para terminar connotando que de lo que se habla más bien es de la sociedad urbana moderna y quizás incluso de su Ciudad Juárez natal, que aparece explícitamente mencionada en uno de los poemas. (Se me pasó por la cabeza decir que quizás haya que haber nacido en Juárez para escribir algo así, pero ni en broma me atrevería a sugerir algo tan esencialista). Ese terreno híbrido y fronterizo (como Juárez) entre la vida y la muerte, entre lo serio y lo cómico, entre la alegría y el tedio ("Es probable que el zombi nazca del aburrimiento intenso", sospecha uno de los versos) queda representado en la figura icónica del zombi. Del zombi de Hollywood y del zombi que todos llevamos dentro.

              Se dice que la poesía es "palabra en el tiempo". Pues bien, puede que después de tanto tratar de definir la posmodernidad, la pos-posmodernidad y demás posts, al final estos poemas nacidos del "lado muerto del cerebro" nos revelen que nos hallamos realmente en plena Edad Zombi y nos acabamos de enterar. Quizá haya llegado la hora del "superhombre muerto", dueño y señor de una civilización zombi. "Ser o no ser zombi, ese es el dilema". Resulta que empecé leyendo el poemario desenfadadamente —como parece que los primeros poemas te lo recomiendan morbosamente—, entre risas por las ocurrencias ingeniosas que salpican algunos de los poemas (pero qué libro tan mexicano, cómo se ríe de la muerte, me dije ya por la mitad del libro) para acabar mirándome al espejo del gimnasio (donde estaba leyendo los poemas sentado en una bicicleta estática) y viéndome cada vez más cara de zombi. Mi consejo para todo lector que quiera descubrir al zombi que siempre ha llevado dentro es que lea este hallazgo de libro. Sin caer en el sermón moralizante ni pseudodidáctico, la voz poética va desgarrando como un zombi, mordisco a mordisco, a la sociedad urbana en que le ha tocado vivir. Desde el presente se pasa a veces al pasado de la conquista y a nuestro pasado antropofágico, donde se dice que algunos zombis (¿serán aquellos famosos caníbales caribeños?) gustaban más de la carne de los franceses porque los españoles eran demasiado correosos. De repente, salen también unos versos sacados de una canción de Peret, que quizás lleva décadas hablándonos de un vampiro amigo suyo y no habíamos caído: "No estaba muerto, andaba de parranda".

              Otro consejo (aunque no se me haya pedido): si los primeros poemas chocan, sigan leyendo porque la calidad y la sutileza van a más a medida que avanza el poemario, quizás llegando a la cima con "Diez lecciones para esquivar zombis, escritas por un zombi", donde esos zombis que infestan las ciudades aparecen como seres que han "resistido el insulto de la muerte" y sobre todo con "Reflexiones para esperar el fin del mundo", lleno de versos casi quevedianos (léase, por ejemplo, "todos somos zombis porque somos seres para la muerte") que contextualizan el resto del libro bautizándolo con un marco histórico y sociopolítico específico. Allí aprenderá el lector que si los vivos odian a los zombis no es por otra cosa que "porque son libres, han perdido el miedo"; reconocerá que no hay cosa que el ser humano tema más que a los otros hombres; se dará cuenta de que la sociedad de consumo nos hace zombis y, sobre todo, de que "El infierno no son los otros, somos nosotros." Ah, y para los amantes de Rulfo, nos advierte Camps que Comala es el primer pueblo zombi de la literatura mexicana. El poeta zombi nos recuerda también que llevamos todos dentro tanto células vivas como muertas… en fin, no quiero asustarles más. Si conseguí despertar su curiosidad, lean, queridos zombis, lean, queridos oficinistas.

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jueves, 23 de agosto de 2012

Review of Essays on Alfredo Bryce Echenique by Stephen M Hart & David Wood (eds.). London: Center of César Vallejo Studies, 2010.


Published in Bulletin of Latin American Research 31.4 (September 2012) 519-20.



Ignacio López-Calvo

University of California, Merced



The strange title of this book responds to the fact that it is divided into two parts: while the first one contains an interview and four essays on the works of Peruvian author Alfredo Bryce Echenique read at the Cervantes Institute in London in October 2004 to honor the author’s visit, the second one includes four essays devoted to two Peruvian poets and Peruvian culture in general. The first three essays cover general topics and approaches in Bryce’s opus and, inevitably, coincide in several of them. As the title of James Higgins’s article, ‘Inadaptados en la ficción de Alfredo Bryce Echenique,’ indicates, it deals with the image of the social misfit. Like many studies on Bryce’s narrative, Higgings’s celebrates his oral style of writing. According to him, Bryce’s narrators seem to have a conversation with the reader and often abandon any pretension of being impartial. For different reasons, the protagonists of his short stories and novels are often people maladjusted to the societies in which they live.

            In ‘La palabra de Bryce Echenique,’ César Ferreira analyzes Bryce’s depiction of the Peruvian middle class, both in Peru and abroad, as well as his exploration of the theme of love. This essay connects with the previous one in its emphasis on orality, humor, displacement, and the type of narrators chosen by the author, as well as on the characters’ inability to find a place where they belong: ‘Esta psicología del sujeto desclasado y solitario, sin un sitio seguro en el mundo, y la exploración de su extraviada peruanidad desde un mundo cultural distinto al propio será dos temas que Bryce desarrollará a plenitud en toda su obra novelística posterior’ (p. 18).

The third article, ‘El valor de lo popular en la obra de Bryce Echenique’ by David Wood, analyses the representation of indigenous characters as well as popular culture—including orality, street parlance, sports , television, soap operas, dance, and popular music, such as the bolero—in relation to personal and collective identity. In turn, the fourth article, the narratological study ‘Implied Reader and Narrator in Bryce’s El huerto de mi amada’ by Helene Price, concentrates on Bryce’s narrative techniques: the types of narrators and readers, the multiple narrative points of view, his use of orality, and the self-reflective nature of the novel. It also addresses Bryce’s parody of both high and popular culture, including theatre, cinema, melodrama, the thriller, and the detective novel. Price also notes the novel’s aural and visual narrative strategies, its intertextualities and intratextualities, Cervantine parody, heteroglossia, metanarration, and the role of popular culture and music.

David Wood’s interview with the author closes the first part of the book by providing an insight into the author’s perception of his own writing. Interestingly, some of Bryce’s answers would have upset his compatriot José María Arguedas, as happened when Julio Cortázar made similar remarks several decades earlier: ‘Europa se convirtió en la mejor escuela para mí de lo que era mi propio país’ (66). Bryce distinguishes his works from those of the Latin American Boom authors through the presence of irony and humor in his works, which creates fraternal links with the reader. He also claims that, except for Cortázar, Boom authors did not write about the cities where they lived, as he has done.

In a somewhat disconnected manner, the collection of essays is ‘rounded out,’ as Stephen M. Hart states in the prologue, with four essays. Whereas Jason Wilson’s ‘The Sole Surrealist Poet: César Moro (1903-1956)’ analyses the influence of French surrealism on the works of this Peruvian poet, David Bellis’s ‘“Yo no me río de la muerte”: The Poetry of Javier Heraud” focuses on political commitment in this poet’s opus. Moving on to Peruvian culture in a broader sense, Robert Barker’s ‘The ‘Disappeared’ Incas’ problematises John Rowe’s chronology of the Inca Kings, claiming that several figures in their lineage were eliminated. The essay that closes the book, Stephen M. Hart’s ‘Metaphor versus Metonym in Peruvian Culture,’ argues that metaphorical readings of Peruvian culture (as proven in the cases of the slums in the outskirts of Lima, the Republic, the Incas, César Vallejo’s poem ‘Intensidad y cultura’, and José María Arguedas’s novels) have given the impression of an erroneous homogeneity.

Overall, the three first essays of the collection, which give the reader an idea of the main characteristics of Bryce’s fiction, seem somewhat redundant. As stated, the essays in Part 2 seem disconnected from the first ones, hence giving the impression that they were included because otherwise the book would have been too small. However, perhaps the most insightful essay in the collection is the last one, which uses four cases to prove his point about the tensions arisen when analyzing Peruvian literature through the lens of metaphor or that of metonym.


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